Uno de los errores más grandes en tiempo de crisis es reducir el presupuesto de la capacitación. La inversión en el capital intelectual es una de las mejores formas de incrementar la productividad de la empresa y de la sociedad.
Ahora que la tecnología está al alcance de la gran mayoría de las empresas, la posibilidad de educar a los empleados para realizar tareas nuevas en poco tiempo es lo que ayuda a construir una ventaja competitiva.
En la economía del conocimiento, el saber utilizar los recursos disponibles permite crear riqueza más rápidamente o hacer que nuestra empresa pierda grandes cantidades de dinero en poco tiempo.
La inversión en la capacitación y desarrollo de nuestro personal trae grandes ventajas a la persona, a la empresa e incluso a la comunidad.
Entre los beneficios que recibe la empresa están:
- Personal capacitado para realizar sus tareas adecuadamente.
- Se incrementa la rentabilidad de la empresa.
- La relación entre empleado y la empresa se fortalece.
- Mejora la comunicación entre los empleados.
- La empresa contribuye con la formación de líderes y dirigentes para la comunidad.
El empleado, por su parte, se beneficia al recibir capacitación, puesto que:
- Crece su conocimiento o habilidad acerca de un tema específico
- Logra sus metas individuales más fácilmente
- Toma decisiones más acertadas y resuelve mejor los problemas
- Incrementa su autoestima y satisfacción laboral al resolver o prevenir incidentes
- Se prepara para desempeñar tareas más complejas y acceder a puestos superiores
- Refuerza la relación que tiene con la empresa
La capacitación además de cumplir con su labor de formar al individuo, incrementa la motivación del personal y mejora el clima laboral; permite que las empresas y los empleados estén a la vanguardia de los procesos y usos de la tecnología y mejora la imagen de la empresa.
Sin embargo, la capacitación no es una panacea. No resuelve todos los problemas de la organización. La capacitación es parte de un proceso que requiere un diagnóstico y una planeación adecuada, así como estar alineada con las necesidades y los valores de una empresa. Debe ser entregada por personal preparado y debe ser evaluada adecuadamente. Asimismo, debe estar orientada a mejorar el desempeño, no darse sólo por cumplir con el requisito de ley o por premiar al personal; debe tenerse en cuenta cuáles son las verdaderas necesidades de la persona.
Si la capacitación se ejecuta correctamente, la inversión regresará tanto a corto como a largo plazo. Y a largo plazo, la empresa obtendrá mayores beneficios si logra concentrar el conocimiento obtenido por sus empleados y administrarlo adecuadamente.